lunes, 29 de octubre de 2012

Comienzo de una nueva etapa


 

El 19 de septiembre se llevó a cabo el viaje hasta esta maravillosa ciudad en la que me encuentro, Roma, culpable de esta inspiración por escribirlo casi todo, porque, sin duda, quiero guardar la mayoría de momentos que estoy viviendo porque sé que ésto marcará un antes y un después en mi vida personal y profesional.

Llegamos, mi compañero y yo sin tener casa, esa semana  fue muy dura porque era ver cómo se te iba todo el dinero y no habías encontrado casa aún, fué muy desesperante. Cuando yo estaba triste, mi compañero de faena, Darío, me animaba, y cuando era él el que estaba mal, casualmente era yo la que ese día justamente estaba algo más optimista y era yo la que lo levantaba para seguir.

Sabíamos que estábamos exclusivamente para eso: buscar piso, fuera como fuera.

Primero empezamos buscando de dos habitaciones, luego de tres, luego de cuatro. Una de las primeras casas que vimos que nos impactó mucho fue en Rebibbia. Una casa preciosa, parecía un hotel.. pero ocurría algo raro.. en la residencia no vivía mucha gente y nos quedamos un poco extrañados. Cuando salimos de la urbanización nos dimos cuenta de que justo en el otro lado de la calle había una macro cárcel.. ese día las esperanzas se no agotaron un poco, porque, era la primera casa que veíamos y era bonita porque, una costumbre que tienen aquí en Italia con los erasmus es enseñar bajos de edificios, pisos viejísimos por una cantidad inmensa de dinero.

Seguíamos con la búsqueda. En esos primeros días comíamos mal, nos levántabamos tempranísimo, mirábamos el Porta Portese (un periódico muy famoso aquí que sólo sale a la venta dos veces por semana), buscábamos por internet, cogíamos anuncios por la calle, de todo.

El plan fué casi siempre el mismo: levantarnos prontísimo, llamar a los números que teníamos e intentábamos poner las citas ese mismo día o al día siguiente.
Cada día veíamos 5 o 6 pisos. Establecíamos las horas demasiado pegadas, porque queríamos ver el mayor número posible.
Hubo un día en el que teníamos establecidas las horas en el día siguientes: a las 14:00, a las 15:00, a las 16:30, a las 17:00, a las 18:30.. a las 19:00. Todo fue muy agotador.

Hasta que el lunes 24, después de haber visto 20 pisos en total, encontramos lo que estábamos buscando, nuestra casa hoy en día, en la que viviremos durante este año de erasmus.

Ahora no somos Darío y yo, sino Borja y Ana, que son pareja, Dani e Isa que también son pareja y también estudian lo mismo que Darío y yo, medicina. Los primeros son de Las Palmas al igual que mi compañero Darío y yo, y los dos últimos de Málaga.

Nos unimos y al final todo salió bien, a partir de ese día sólo ha sido disfrutar de todas las cosas maravillosas que te puede ofrecer Italia, país muy peculiar pero que hace que te enamores de todas sus costumbres, no sé por qué, pero es así.




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